5 mar 2012

Establecimiento de normas de equipo

Hoy en clase hemos hecho una actividad que a simple vista puede parecer "una tontería, una pérdida de tiempo propia de todo aquello relativo a los estudios de magisterio" (desgraciadamente es un pensamiento que continua presente, si las cosas no son serias, aburridas e impuestas, no merecen ser importantes, parece ser)... pero que, perosonalmente, creo que es algo básico.
A lo largo del curso tendremos que hacer varias prácticas en grupo, unas en horarios de clase, otras fuera, unas más largas y otras menos... Pero, ¿quién no ha tenido problemas con los trabajos en grupo? ¿En qué grupo no hay malentendidos, o incluso (seamos sinceros) listillos que no aportan más que su presencia? Por eso, Guadalupe nos ha pedido (permitido diría yo) que elaborásemos nuestras propias normas. Y esto, el que los afetcados por las mismas sean quienes las creen es algo que considero esencial (y mucha, MUCHA gente lo ignora).

Estamos acostumbrados a que nos den las cosas hechas, impuestas: no se habla en clase, no se salta en el sofá, no se come en la habitación, a las 23.00 en casa... Pero ¿qué sentido tiene todo esto ni no sabemos porqué es así? Si no estamos de acuerdo, o directamente no entendemos esas reglas, ¿por qué vamos a cumplirlas? Los primeros días nos tocará castigo, pero ¿no merece la pena sólo por estar dos horas más con mis amigos? ¿Qué autonomía, autocontrol, auto-regulación estamos trabajando si nosotros imponemos unas normas y ellos las cumplen? ¿Si no hay una relfexión, un razonamiento detrás?

Así, aunque pueda no guardar relación directa con la orientación y los modelos de orientación, creo que es de vital importancia darnos cuenta de esto, de la necesidad de que ellos mismos se pongan sus normas, las ACUERDEN entre todos, de manera que las interioricen realmente, y, sobre todo, las respeten, las entiendan, y, en un ejercicio de responsabilidad máximo, las acaten. Experimenté algo parecido a esto en el instituto, en 1º de bachillerato ya y, aunque se nos pueda achacar ya cierta responsabilidad a esas edades, creo que realmente funcionó. Nosotros poníamos las normas, entre todos, y nosotros nos encargábamos de que se cumpliesen, sancionando, con lo acordado, a aquellos que no lo hicieran. Pero no eran sanciones impuestas, eran sanciones que los propios "castigados" habían acordado, y por tanto la actitud antes su aplicación no tenía nada que ver con lo que ocurriese en cursos diferentes.

Como ya he dicho, el éxito de esta actividad podría achacarse a la edad a la que lo hicimos, pero estoy convencida de que si empezasemos a realizarlo desde edades más tempranas, desde primaria, e incluso infantil, siempre adaptándonos a las características de cada etapa, el nivel de madurez, de responsabilidad, de auto-regulación... se elevaría exponencialmente.

Y voy más allá, no creo que debamos limitar esto a la escuela. Con cada grupo social con el que interactuemos (familia, grupo de amigos, compañeros de clase...) se producen conflictos, en inevitable (y no necesariamente negativo); y creo que podrían aprovecharse como algo positivo, enriquecedor, constructivo si entre todos, como llevo diciendo durante toda esta entrada, acordásemos las normas mínimas, las condiciones, las sanciones....

No hay comentarios:

Publicar un comentario