14 mar 2012

Inteligencia emocional

La sesión de hoy ha dado para mucho... así que no sería de extrañar que publicase más de una entrada en relación a ella (pues seguramente en esta me deje mucho sobre el tintero), pero ¿qué mejor que empezar e ir viendo qué es lo que ocurre?
Bien, ¿qué son las emociones? Cada uno de nosotros tendrá una concepción de las mismas, pues dentro de la subjetividad, se llevan la palma. Pero con lo que creo que estaris de acuerdo, sí o sí, es que la emociones sacan lo mejor de nosotros, pero también lo peor. Por eso la regulación, el control de la emociones es imprescindible para desarrollarnos en una vida social como es la nuestra.

Pero que tengamos (y podamos) que hacerlo no quiere decir que lo hagamos. Es algo realmente complicado, pues muchas veces ni nosotros mismo sabemos lo que estamos sintiendo. Muchas veces tratamos de "dominar" aquellos sentimientos dolorosos, ocultarlos, pero eso en realidad es imposible, y antes o después saldrán a la luz, puede que en forma de trastornos psicosomáticos. Por eso, es imprescindible que aprendamos a conocer nuestras emociones y a exteriorizarlas de una manera sana.

Y en esta labor cobra especial importancia la figura del orientador, pues una de las areas de trabajo es precisamente esta, el autoconocimiento. Sólo a partir de conocernos realmente a nosotros mismo podremos lidiar con nuestra realidad.

En un artículo de Iris Mauss he encontrado que el sistema vegetativo de aquellos que tratan de que nadie perciba como se sienten (“cara de póquer”) a través de la supresión responde con gran intensidad, lo que indica una reacción de estrés muy viva. Pero la supresión no se limita a esto, sino que también está demostrado que estas personas tardan más en resolver tareas intelectuales (graban peor en su memoria las vivencias cargadas de emociones), y suelen resultar menos simpáticas e interesantes a los demás. El control de las emociones, además de estas, tiene secuelas a largo plazo, como han podido estudiar con tendencias psicológicas: las personas que frenan sus sentimientos suelen ser más pesimistas y se inclinan más hacia la depresión, además de tener peor concepto de sí mismos; o problemas cardiovasculares.
Ante todo esto, varios investigadores sugieren que a la gestión y regulación de las emociones necesitan de una ORIENTACIÓN. No se trata tanto del control de la conducta emocional, sino de los propios sentimientos, la vivencia subjetiva de los mismos, y no su manifestación externa.

Por tanto, algo que debemos tener en mente en todo momento es que tener emciones no es bueno ni malo, sino un hecho inevitables y necesario; ahora, lo "malo" es no saber gestionarlas. Por ello hablamos de inteligencia emocional:


¿Qué opinais?


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