Esta mañana me encontrado con una situación que, aunque debería llamarnos la atención a todos, es tan común aún que pasa desapercibida. Y es que, un señor con silla de ruedas no ha podido cruzar una calle... ¿y por qué? PNi más ni menos que por un coche mal aparcado. Por los millones de barreras que nos empeñamos en edificar y que, en realidad, lo único que hacen es perjudicarnos, a TODOS.
Cuando
hablamos de barreras, hablamos de cualquier cosa que nos rodea que hace
discapacitada a la persona. Estas barreras las crea la sociedad, y eso
significa que la sociedad es la que está haciendo discapacitados. Una
barrera es un escalón más alto de lo normal, un coche mal aparcado en un
paso para peatones, teléfonos de uso público y cajeros automáticos mal
adaptados, fuentes para beber con una boca situada menos de 85 cm y más
de 100 cm, obras en la vía pública sin señalizar ni proteger, bocas de
los buzones postales, papeleras y elementos similares situadas a una
altura inferior a 90 cm o superior a 120 cm desde el suelo, actividades
comerciales ambulantes y terrazas de hostelería en las aceras y áreas de
uso peatonal...todo esto es lo que obstaculiza el desplazamiento de
personas con discapacidad visual o movilidad reducida.
Sin embargo,
nosotros podemos pensar en cambios que tenemos que realizar y
reivindicar para la accesibilidad. Estos cambios, en realidad, no son
difíciles de llevar a cabo, lo único que hay que hacer es tener dos
dedos de frente y que cuando tengamos que hacer algo, lo hagamos
pensando en las necesidades del otro y empatizando con sus sentimientos.
Por ejemplo cuando dejamos el coche en medio de una acera, o una moto,
es un peligro para las personas con dificultades en la visión, porque
pueden darse un buen golpe, pero también es un problema para las
personas con dificultades de movilidad, porque no van a poder pasar por
ahí.
Puede que
muchas cosas no estén a nuestro alcance, pero aún así hay que ser
consciente de ello. Cuanto más nos demos cuenta de las cosas que están a
nuestro alrededor que dificultan la vida de los demás, mejor podremos
romper esas barreras con pequeños gestos.
Por ejemplo,
hay que pensar en poner los botones de los ascensores con escritura
braille, hacer itinerarios peatonales accesibles con una anchura mínima
de paso (1,80 metros) que permita la circulación de forma autónoma y
continua de todas las personas, en parques y jardines con instalaciones
de uso público enlazadas mediante itinerarios peatonales accesibles,
también bandas para señalizar o delimitar el paso de peatones,
antideslizantes en seco y en mojado, resistentes al desgaste del tráfico
rodado y con un contraste elevado respecto al color dominante de la
calzada, semáforos con avisadores sonoros, el pavimento duro y estable,
sin piezas sueltas, las rejillas, tapas de registro, bocas de riego y
otros elementos situados en el pavimento, enrasados y sin resaltes, las
ramas, arbustos o similares que no irrumpan en el ancho libre de paso ni
por debajo de 210 cm, las escaleras con iluminación en todo su
recorrido, sin zonas oscuras, y con todos los peldaños de las mismas
dimensiones en altura y profundidad...
Espero que al menos os sirva para reflexionar...
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